López
Meza, Ricardo D. (2016)
Resumen
Ser un estudiante en línea conlleva entre
otros roles el pasar de ser un actor pasivo a un actor proactivo, ya que este
va al frente, no necesariamente debe esperar a que le den indicaciones, se
convierte en el actor principal por lo que se vuelve responsable de su propio
aprendizaje, también se convierte en un ser dinámico, ya que pasa del anonimato
a la participación activa.
El propio educando tiene nuevos elementos que
lo ayudan en su proceso de aprendizaje como lo es el no estar sujeto a los
horarios y a los espacios físicos que se le determinen sino que es él, el que
determina donde, como, cuando, y cuanto estudia, obteniendo así movilidad y
libertad de que la adquisición de nuevo conocimiento se adapte a su entorno y
circunstancias y no se limite sino que por el contrario su aprendizaje se
incremente y nutra.
Estar en un Ambiente Virtual de Aprendizaje
lejos de volver al discípulo ermitaño u hostil, lo hace participativo y
colaborativo, ya que este interactúa con sus docentes y compañeros en todo
momento y en los espacios que él y todos vayan creando para su estudio
progresivo.
El aprendizaje en línea, además, aporta la
facilidad de no solo limitarse a los recursos pedagógicos que se poseen en el
campus del conocimiento donde se va instruyendo, sino que es libre de indagar
en otros espacios y fuentes, siempre teniendo el debido cuidado de discernir
entre información real y verídica que hidrate su sed de instrucción y no que la
contamine y reduzca.
Sin menos cabo de lo anterior es importante
denotar que el estudiante en línea de como todo ser humano en el que tienen
presencia las relaciones interpersonales y que estas también influyen de manera
positiva así como negativa en este proceso de fomento y fortalecimiento de la
preparación profesional que se está buscando.
Por lo que en la medida en que el alumno amplíe
e incremente sus destrezas tanto académicas como interpersonales, podrá a la
par superar sus propios desafíos en su vida educativa.